María se quedó afuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó para mirar dentro…
volvió la cara y vio allí a Jesús, pero no sabía que era Él.
Jesús le preguntó: —Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:
—Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, para que yo vaya a buscarlo. Jesús entonces le dijo: —¡María!
Ella se volvió y le dijo en hebreo: —¡Rabuni! (que quiere decir: “Maestro”).
Juan 20:11 y 14-16
María anhelaba a Jesús. Lo buscaba. Pero cuando Jesús resucitado apareció ante ella, al principio no lo reconoció.
Pero cuando Jesús se dirigió a ella por su nombre, todo cambió. Haz clic en "Siguiente" y descubre cómo la resurrección de Jesús lo cambia todo.
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