Al llegar la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas por miedo a las autoridades judías. Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo:
—¡Paz a ustedes! Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor.
Juan 20:19-20
Deprimidos y llenos de miedo, los discípulos del Señor Jesús se escondieron tras puertas cerradas. Entonces Jesús se les presentó de repente. Le vieron, con las manos, los pies y el costado traspasados. Hablaron con Él. Incluso comió pescado y miel. (Lucas 24:43)
Entonces, ¡los discípulos se llenaron de alegría! Y poco después, se convirtieron en testigos valientes de su resurrección y estuvieron dispuestos a arriesgar sus vidas por Jesús.
¡No podían quedarse callados!
Oración:
Señor Jesús, muchas personas en el mundo están en la cárcel porque creen en ti y han hablado a otros de ti. Dales fuerza para permanecer fieles a ti. Ayúdales a ser libres y a volver a casa. Gracias porque nada es imposible para ti. Amén.